martes, 17 de marzo de 2020

¡Con las manos en la masa!


Cocinar con niños y niñas no solo supone cocinar dulces (aunque esto les encanta) sino que se pueden hacer otros platos (pizza, arroz, carne, pescado, verdura, bocadillos, pasta, sopa…), primero sencillos y después más elaborados. 

Permite un acercamiento positivo a los alimentos: tocar diferentes texturas, probar sabores, experimentar olores….

Existen muchísimas páginas en Internet con recetas de cocina especialmente dirigidas a los más pequeños y pequeñas (en texto o video), sólo tenéis que hacer una búsqueda y decidir por dónde empezar.
 
Seguir una receta conlleva, entre otros, los siguientes aspectos: 

Lectura o escucha (si es a través de un video) de la receta.

Planificación de los ingredientes que se van a necesitar (lo suyo es ir con los niños y niñas al mercado o al super a comprar los ingredientes, pero este paso nos lo tenemos que saltar por ahora).

Seguimiento de instrucciones.

Medición.

Motricidad fina y coordinación visomotora.

Pequeños conocimientos de ciencia y el proceso de transformación de los alimentos

Además, de estas otras cuestiones: 

Trabaja la espera (y por tanto, la demora de la gratificación: tiempo de cocinado y muchos de los alimentos que cocinemos no se pueden tomar inmediatamente). 

Permite abordar en familia temas importantes: la rueda de los alimentos, los hábitos de alimentación saludables y la necesidad de aprovechar la comida y no desperdiciarla. 

Implica a los niños y niñas en pequeñas responsabilidades, adecuadas a su edad, mediante la colaboración activa para recoger la cocina.

Respecto al peligro que suponen los utensilios de cocina, su uso siempre debe estar supervisado por un adulto y es conveniente que expliquemos a los niños y niñas cómo usarlos correctamente y las precauciones que hay que adoptar. 

Todo ello potencia su autonomía.



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