lunes, 30 de marzo de 2020

Las rutinas: cómo fomentar la participación de los más peques


Desde el Aula Abierta del cole, Cova, especialista en audición y lenguaje, nos propone unas pautas para trabajar las rutinas.

Los niños y niñas aprenden participando, por eso, las rutinas diarias del hogar son una oportunidad estupenda para poder llevar a cabo grandes aprendizajes. 

Debemos observar en qué momento los peques pueden ir asumiendo la realización de pequeñas tareas puesto que muchas veces (la mayoría sin darnos cuenta) los adultos nos adelantamos y lo hacemos por ellos.

Tendremos que tener en cuenta una serie de pasos:

PREPARAR EL AMBIENTE
Factores motores: por ejemplo, quizá abrir el tapón de la pasta de dientes sea demasiado complicado pero si lo aflojamos, puedan realizar la tarea; para empezar a trabajar la autonomía en el vestido será más sencillo usar pantalones cómodos, sin botones duros o chaquetas con las que puedan hacer “a volar”.
Factores comunicativos: por ejemplo, ¿puede comunicar que no le gusta? o ¿puede pedir lo que quiere?.

Factores sensoriales: ya que puede haber cosas que haya que tener en cuenta, por ejemplo, que le moleste una luz, que haya mucho ruido, que no le guste mojarse las mangas mientras se lava los dientes….
Es conveniente tener una estructura visual clara y que sea fácil de realizar, de lo contrario, es probable que se frustren y abandonen la tarea (por ejemplo, siempre juego en mi habitación, primero saco los juguetes, después juego y, cuando acabo, recojo).

Si sus juguetes están guardados en bandejas, cajas, armarios…podría ser útil colocar un apoyo visual para que sepan dónde encontrar y dónde guardar cada objeto, así consiguen una mayor autonomía.

Para ayudar con las tareas relacionadas con la autonomía en el vestido, los espejos son una ayuda muy buena ya que les permiten verse (por ejemplo, qué partes del cuerpo les quedan por vestir).

¿POR QUÉ DE LA ACTIVIDAD?

A los niños pequeños, lo que le da sentido a la rutina, es el ritual.

Creamos esos rituales de forma natural: cantamos una canción, contamos un cuento antes de dormir…Estos rituales son adecuados a cada contexto: podemos cantar canciones, usar rimas…el primer día puede ser que no participen, pero con esas pequeñas pistas hacemos las rutinas predecibles y secuenciadas (de modo que esto les ayuda a saber cuánto dura cada rutina y qué tienen que hacer). Convertimos esa rutina en un momento significativo, así entienden qué se espera de ellos y van adquiriendo autonomía.

Para hacer más motivadora la rutina podemos recurrir a sus centros de interés (por ejemplo, si le gustan mucho las canciones, cantamos los pasos de la rutina o si le gustan mucho los bomberos, llevamos el camión a hacer las tareas, si le gustan mucho los números, contamos los pasos de cada acción, si le gusta mucho un muñeco, lo llevamos a hacer la rutina…).

No tengáis miedo a colocar apoyos visuales en diferentes rincones de la casa o a usar canciones para las transiciones o para segmentar los pasos de las tareas, los apoyos nunca están de más.

ACTITUD DEL ADULTO FRENTE A LA RUTINA 

Es necesario ser constantes, ser facilitadores (proporcionar todos los apoyos e ir retirando progresivamente), mantenerse firmes, ser ejemplo y relacionarnos con amabilidad y cariño.

Debemos ser pacientes para llevar a cabo las rutinas de la misma manera todos los días, independientemente del adulto con el que realice la rutina.

Debemos estar calmados y dar tiempo, para eso tenemos que trabajar la espera. Necesitamos que haya tiempos a lo largo del día en los que tengan que esperar, para gestionar mejor esos tiempos se puede utilizar un temporizador (ya lo habíamos mencionado en una entrada anterior). Se puede dar un objeto que les guste mucho, decir "espero 1, 2…" (e ir contando el tiempo que necesitéis), y darle una tarjeta en la que aparezca el pictograma de espero…

En cuanto al tiempo, hay que proporcionarles el tiempo que necesitan, muchas veces no les damos tiempo suficiente y acabamos haciéndolo por ellos. 

Es importante extinguir las rabietas (porque aprenden que consiguen las cosas por su rabieta y no que, en ocasiones, necesitan esperar). Nuestra calma y nuestra ejecución de los mismos pasos será lo haga que vayan participando cada vez más en las tareas y vayan siendo más autónomos.

Es diferente hacérselo que modelar (por ejemplo, nos peinamos para que nos vean) o moldear (cogemos su mano para guiársela en la acción e iremos soltándola progresivamente para que cada vez vaya haciendo más pasos de manera autónoma). En estos casos estamos ofreciendo ayuda para que puedan ser más autónomos y autónomas, no actuando por ellos y esto es muy positivo.

No pasa nada si el niño o niña rechaza el moldeamiento. Es mejor realizar las rutinas en pequeños pasos y evitar ser demasiado invasivos. En ese caso daremos pasos muy pequeños (por ejemplo, hoy podemos invitarles a que cojan el cepillo de dientes, quizá mañana lo coja y lo moje, otro día lo cogerá, lo mojará y se cepillará una vez…).

Por último, es importante dar solidez a las normas: tienen que ser claras, comunes y conocidas para todos los adultos con quienes las lleven a cabo (por ejemplo, no puede ser que con adulto pueda merendar mientras se mueve por la casa y con otro, tenga que permanecer en la cocina).

A modo de ejemplo, os dejamos un guion para fomentar la autonomía en el lavado de dientes:

Si tenéis cualquier duda o necesitáis algo, podéis contactar con Cova, por correo electrónico a: covadongams@educastur.org

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