Cocinar con niños y niñas no solo supone cocinar dulces (aunque esto les encanta) sino que se pueden hacer otros platos (pizza, arroz, carne, pescado, verdura, bocadillos, pasta, sopa…), primero sencillos y después más elaborados.
Permite un acercamiento positivo a los alimentos: tocar diferentes
texturas, probar sabores, experimentar olores….
Existen muchísimas páginas en Internet con recetas de cocina especialmente dirigidas a los más pequeños y pequeñas (en texto o video), sólo tenéis que hacer una búsqueda y decidir por dónde empezar.
Existen muchísimas páginas en Internet con recetas de cocina especialmente dirigidas a los más pequeños y pequeñas (en texto o video), sólo tenéis que hacer una búsqueda y decidir por dónde empezar.
Seguir una receta conlleva, entre otros, los siguientes aspectos:
Lectura o escucha (si es a través de un video) de la receta.
Planificación de los ingredientes que se van a necesitar (lo suyo es ir con
los niños y niñas al mercado o al super a comprar los ingredientes, pero este
paso nos lo tenemos que saltar por ahora).
Seguimiento de instrucciones.
Medición.
Motricidad fina y coordinación visomotora.
Pequeños conocimientos de ciencia y el proceso de transformación de los
alimentos.
Además, de estas otras cuestiones:
Trabaja la espera (y por tanto, la demora de la gratificación: tiempo de
cocinado y muchos de los alimentos que cocinemos no se pueden tomar inmediatamente).
Permite abordar en familia temas importantes: la rueda de los alimentos, los hábitos de alimentación saludables y la necesidad de aprovechar la comida y no desperdiciarla.
Implica a los niños y niñas en pequeñas responsabilidades,
adecuadas a su edad, mediante la colaboración activa para recoger
la cocina.
Respecto al peligro que suponen los utensilios de cocina, su uso siempre debe estar supervisado por un adulto y es
conveniente que expliquemos a los niños y niñas cómo usarlos correctamente y las
precauciones que hay que adoptar.
Todo ello potencia su autonomía.
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