miércoles, 25 de marzo de 2020

Hablando de emociones














En estos días seguramente sentimos diferentes emociones. A veces alegría, otras tristeza, miedo, enfado…y los niños y niñas se sienten igual. 

Es posible que los adultos sepamos gestionar estos estados emocionales o al menos comprenderlos, pero esto es algo que los más pequeños y pequeñas están aprendiendo.

La inteligencia emocional es la capacidad de gestionar las propias emociones y sentimientos. Depende de varios aspectos, como las características de personales, el estado emocional de los que te rodean, las cosas que has vivido…

La inteligencia emocional también se puede facilitar y estimular y, la familia es el contexto fundamental para desarrollarla.

Para esto, es importante tener en cuenta lo siguiente:

Clima familiar

Ser afectivos en el ámbito familiar mediante una relación basada en el cariño, en los detalles y en dedicarnos tiempo. 

Esto no quiere decir que no se corrijan conductas o que los niños y niñas puedan hacer lo que quieran, si no que, cuentan con nuestro apoyo afectivo como principales figuras de apego. 

Os recomendamos el cuento Adivina Cuánto Te quiero, en este caso es un videocanción del cuento de Sam McBratney.

Autoestima

Fomentar una autoestima ajustada en los niños y niñas, resaltando sus cualidades, sus logros y progresos y evitando juicios negativos y etiquetas.

Hay peques que, ante una contrariedad, verbalizan “todo me sale mal” o “no sé hacer nada”, en este caso, es necesario incidir en que “todos tenemos cosas que se nos dan bien y cosas que se nos dan regular y que podemos mejorar”

Una autoestima ajustada supone conocer aquellas cosas que se nos dan peor y nos cuestan más y tratar de mejorarlas, estableciendo unas expectativas adecuadas (unas expectativas muy elevadas o inalcanzables generan frustración y sentimientos de ineficacia).

Vocabulario emocional

Es importante enseñar a los niños y niñas a identificar los diferentes estados emocionales y reconocer las circunstancias que nos llevan a sentirnos así.


Los adultos somos un modelo para los niños y niñas y también nos expresamos emocionalmente. Hay que tener en cuenta que los niños y niñas están muy pendientes de nuestras reacciones ante las cosas, por lo que no podemos perder de vista la importancia de transmitir mensajes de tranquilidad y de búsqueda constructiva de soluciones, es decir, debemos enseñar a los niños y niñas a afrontar las circunstancias que surgen sin derrumbarse.

Podemos provechar para ver una película en familia, os sugerimos “Al Revés” (Inside Up, Disney-Pixar) en la que explican la importancia de reconocer y valorar todas las emociones.

También podemos utilizar cuentos infantiles como “El Monstruo de colores” (que nos cuenta nuestra compañera Arabela en otra entrada del blog) para hablar de las emociones, aprender a identificarlas y comprenderlas (aquí en formato canción).
Resolución de conflictos

En la convivencia siempre se dan pequeños conflictos entre hermanos y hermanas, entre los niños y niñas y los adultos...no se trata de ignorarlos o de tratar de que no existan, si no de solucionar estas "crisis" o "enfados" de forma constructiva cuando surgen. Hay que ayudar a pequeños y pequeñas a  calmarse y reflexionar, explicar cómo se sienten, escuchar cómo se siente la otra persona y  encontrar una solución. 

También se puede crear en casa un botiquín para las emociones con tiritas pegabesos, gazas abrazadoras, cojines quitapenas,...como idea de recurso para calmar el malestar emocional de los más pequeños y pequeñas.

Disfrutar de lo cotidiano

Aprender a disfrutar de las pequeñas cosas mejora el bienestar emocional. Tenemos que saborear los pequeños momentos (como ver una peli juntos, hacer la cena en familia, disfrutar de la compañía de las personas queridas…).

Para ayudarles hay que proporcionarles herramientas:

Dándoles la oportunidad de afrontar y resolver pequeños retos de la vida cotidiana.
Proporcionándoles responsabilidades ajustadas a su edad y autonomía personal (realizando sin ayuda las actividades propias de su edad y entorno). 
Evitando la sobreprotección.
Enseñándoles a tolerar las pequeñas frustraciones del día a día (hay que saber esperar y, a veces, hay que encajar desilusiones). Os recomendamos el cuento "Esperar no es fácil" de Mo Willems.

* Imágenes del "Monstruo de colores" (Anna Llenas), "Adivina cuánto te quiero" (Sam McBratney),  Inside Up (Disney Pixar) y globos de las emociones de www.juntines.com 

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